jueves, 25 de noviembre de 2010

La luz volvió de nuevo




Era finales de Julio, la noche lo abrazaba todo y con la luna ausente, extendía un velo negro y espeso.
El tren se detuvo y me apresuré a subir, raudo prosiguió su marcha. Era un tren un tanto lúgubre, su interior todo negro -paredes, techos, puertas ventanas- y un silencio sólo roto por el golpeteo de la marcha sobre los railes. Sentí que yo era su único pasajero y el paso del tiempo me lo confirmó.
Estaba siendo una terrible pesadilla, el tren no se detenía nunca y el viaje se prolongaba durante semanas, entonces vi claramente que había emprendido el último viaje, el viaje del que nunca habría de volver. Por fín el tren se detuvo y subieron gentes que acudieron en mi ayuda, cuando salimos a la luz vi cómo la familia y los amigos me habían rescatado.
Con el cuerpo malherido y el espíritu maltrecho, me entregué de nuevo a la vida.
Sólo nunca lo hubiera logrado.
Cuando veas la vida como entrega a los demás, vivirás.

1 comentario: