miércoles, 26 de mayo de 2010

Desaparecidos



Narración de Mario Benedetti - Canción Daniel Viglietti

El grito de Benedetti también es mi grito. Es el grito de los cientos de miles de seres humanos que tuvieron el infortunio de vivir en una época, la II República Española, que constituyó la más importante experiencia democrática que podemos contemplar al mirar nuestro pasado reciente y a la que el fascismo, con la miseria fecal de su odio, puso fin deteniendo, agrediendo, torturando y asesinando, a la vez que castigaba a las familias de los asesinados a sufrir el calvario y la ignominia de la desaparición.
Hoy, en pleno siglo XXI, en España, aun continuamos sin haber resuelto nuestro problema y cientos de miles de familias continúan sin saber desde donde les están llamando sus muertos, porque el fascismo residual, pero real, incluso el sociológico que está instalado en muchos más, sin que ellos lo perciban, lo está impidiendo.
En la actualidad somos uno de los países destacados por número de desaparecidos. ¡Todo un honor! Esperemos que no sean otros –jueces argentinos o chilenos- quienes tengan el honor de devolvernos a nuestros muertos porque nosotros no hemos sido capaces de hacerlo.
El paso del tiempo no podrá ocultar la verdad, ni vaciar nuestra memoria. Confiemos en que ese mismo tiempo sí acabe con el odio y la mentira. Y si no al tiempo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El viento que me peina


ME PEINA EL VIENTO LOS CABELLOS

Me peina el viento los cabellos
como una mano maternal,
abro la puerta del recuerdo
y el pensamiento se me va.

Son otras voces las que llevo,
es de otros labios mi cantar,
¡hasta mi gruta de recuerdos
tiene una extraña claridad!

Frutos de tierras extranjeras,
olas azules de otro mar,
amores de otros hombres, penas
que no me atrevo a recordar.

¡Y el viento que me peina
como una mano maternal!
Mi verdad se pierde en la noche
¡no tengo noche ni verdad!

Tendido en medio del camino
deben pisarme para andar.
Pasan por mí sus corazones
ebrios de vino y de soñar.

Yo soy un puente inmóvil entre
tu corazón y la eternidad.
¡Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!

Pablo Neruda (1904 - 1973)


Con los versos de Neruda, sin abrir la puerta del recuerdo, el pensamiento se me va. Es entrar en otra dimensión, cruzar el puente inmóvil a la eternidad.

El también poeta Horacio Guarany ha puesto música a estos versos en una preciosa canción que forma parte de su album: Si se calla el cantor, editado por Philips en 1976.